sábado, 25 de agosto de 2012

Tu nunca, yo siempre



Esta historia no comienza con un: “érase una vez”
Porque nunca hubo una vez


Paseábamos en aquel lugar
Donde el azul del cielo
Se confunde con el del mar

Tu nunca atento,
 Yo siempre dispuesta

Me ahogaba en remolimos de histeria,
Y tú, pequeño, me besabas

Habría preferido que sonara otra canción,
Aquella de Los Beatles,
 ¿Cómo era? “Yesterday”
 Love was such an easy game to play,
 now I need a place to hide away.
 Sin embargo sonaba esa puta música comercial
 Que ahora me recuerda a ti
 Y que cada vez creo odiar más

Pero eso no importa
Tu conseguiste hacerlo magico

Aquellas horas las bostecé
Como si hubiesen pasado siglos
Y a tu llegada comprendí
Que tus manos no iban llenas
De los recuerdos de aquel sitio

Creíste tener el poder de juzgar
Y créeme cuando te digo que las paredes oyen
Que me escucharon gritar
Aquella noche


Te ganó el miedo de bañarte con dignidad,
Preferiste ser la sorpresa de nadie
Y el regalo de todas

Te equivocaste de cama,
Y ahora las sabanas
Me escupen a mí

A veces sueño que nunca estuve allí

Prometí no volver a escribir sobre ti
Pero odio presenciar
El crimen de mis palabras


No hay de que preocuparse
Todos sabemos que jugar
Puede llevar
A enamorarse


Ahora
Me olvidaré de libros de autoayuda
 Y de consejos baratos
 Sabiendo que mi cura
 Se encuentra entre tus brazos

Y diré que
No voy a bailar
Con quien ni siquiera sabe
Como suena una melodía de verdad

Creo que el final
Está claro
Las perdices no serán
El desenlace de tu teatro.

jueves, 16 de agosto de 2012

Juro que no te quiero



Juro que no te quiero, aunque me hicieras olvidar a quienes debieron de tomar la cicuta mucho antes que Sócrates. Juro que no te quiero por caminar con doncellas que pasean su glamour con aires de grandeza y me nombraron la princesa destronada del cuento, porque doblaste el número de espinas que luce mi corona, porque me has hecho temer la perdida de lo que nunca tuve, porque haces que a solas mis ojos se tomen mal todas las noticias
Juro que no se si te quiero porque tu culo marcaba mis pasos y ahora que todo es niebla me vence el miedo de no saber cual es la mano que te mece, cual es la mano que cada día desabrocha tu pantalón y lame tu melancolía hasta quedar saciada.
Pasé noches buscando la saliva que pudiera borrar tatuajes de esos que están hechos sin tintas chinas, de esos bordados a mano de recuerdos. Tu pasaste horas haciéndome probar la ginebra de tus labios, llenándome de caramelos los bolsillos hartos de sostener tantas maldiciones. Enloquecí con cada recorrido de tu diseño por mi espalda y rocé la esquizofrenia mientras el pesimismo lograba alcanzar mis pies. Ahora escupo tu nombre en cada rincón y planeo la manera de explicarte que no doy clases de cómo eyacular con amor

Yo lo sabía, yo sabia que caería al vacío y aun así me lancé sin cuerdas, sin paracaídas, sin brújula…. Y en una noche de luna nueva tenias que ser precisamente tu la única luciérnaga existente después del naufragio. Tú, que con una simple letra del corto abecedario eres capaz de acelerarlo todo y hacer que me avergüence de mis estúpidas alegrías, despiertas lo que creía que vivía en inviernos desde mi primer suspiro. Tú te abrazaste a mis caderas y  yo me declare fanática de los jadeos a media noche.

No quiero que la ninfómana esperanza me folle de nuevo, ni que me obligue a arrodillarme y jurar que no te quiero… porque nunca podré jurar que no te quiero.
Ahora, con mis rodillas en el suelo y la cabeza bien alta, reconozco que he soñado llevarte a mi cama sin cloroformo, sin mentiras, sin esposas, sin ropa…Por tu propio pie. Y besarte, besarte sin parar. Creo que así podría morir. Hasta que se me seque la boca, con tu aliento acariciando mi piel, sin que me dejes decir palabra. Palabras que, a veces, hacen vulgar lo que suele ser extraordinario.

Y como quizá nunca cumpliré mi último deseo, algún día te enseñare el mapa de todas las estrellas fugaces que malgasté pidiendo un beso más.


(*Cursiva : inspirado en una frase del filósofo Nietzsche. “ La palabra despersonaliza haciendo vulgar lo que suele ser extraordinario)